Carta de una niña a su ciudad, Sevilla.

Tiene 12 años. Se llama Laura Santos y después de muchos días confinada en casa decidió seguir el consejo de su padre y escribir todo lo que está viviendo estos días con la certeza de que, cuando sea "mucho mayor", esas líneas tendrán mucho valor. Pero la sensibilidad y una mezcla poderosa de inocencia y madurez ha hecho que esa primera página de su diario de la pandemia se haya convertido en un vídeo que apunta alto.
A Laura le apena ver las calles de su ciudad tan vacías, "sin nadie sentado en un bar", sin nadie paseando, pero está convencida que "sin incienso y sin farolillos, Sevilla sigue siendo la más guapa". En su cabecita de 12 años no cabe pensar que su Sevilla haya estado tan sola esta primavera, pero asegura, porque lo ha leído por ahí, que pronto volverán a conquistarla.
La niña ya ha conquistado a toda su familia, a quien irá a ver "cuando todo esto pase" en busca de abrazos, besos y esa tortilla de patatas que tan bien le sale a su abuela. Y a esas alturas del vídeo ya ha seducido también al público. Laura sueña con los churros con chocolate de su bar preferido, también con pasear sin miedo sin mirar el reloj para volver a casa, con un telediario con buenas noticias... Cuando todo esto pase, dice Laura, valorará mucho más "lo que tengo y a quienes tengo" y vivirá más intensamente si cabe. Estos días de confinamiento ya han sido una gran lección de vida para ella.
La particiular conversación de Laura, cargada de emoción, inocencia, sensatez y belleza a partes iguales, ha dado la vuelta al mundo y prueba de ello es que la profesora Chela Crinnion, que imparte clases de español en la capital neoyorkina, ha dicho que la carta de Laura #CuandoTodoEstoPase, servirá de plantilla para un trabajo de final de curso de los alumnos de este centro. "Les mostré el video a mis alumnas, y les gustó mucho. Ahora, van a adaptar la carta para expresar sus ideas sobre su propia ciudad. Siempre es lindo cuando pueden identificarse con alguien de su edad de una cultura diferente, viendo lo mucho que tienen en común".
La carta de Laura se transformó en un vídeo que ha llegado hasta Nueva York donde ha servido de inspiración a los niños de una escuela que emularán la iniciativa de esta pequeña sevillana en la "capital del mundo". "No me podía imaginar que mi carta se hiciera tan famosa ni siquiera en Sevilla y menos que llegase tan lejos, pero ya ves", comenta todavía abrumada la niña.