Diversidad y aceptación, eso es lo que enseña la obra
creada por el director y escritor, Matthew A. Cherry. El cortometraje “Hair Love”,
con una duración de menos de siete minutos, muestra como Zuri –una niña con la
cabeza llena de rizos naturales– debe recurrir a las manos inexpertas de su padre,
Stephen, para obtener ayuda.
Un relato cargado de ternura y sensibilidad que,
aunque parece sencillo a simple vista, pone como protagonistas dos elementos
inspiradores: una joven afroamericana que ama su cabello alborotado y
una familia en donde el padre es una luz positiva en el cuidado.
Todo
comienza cuando Zuri se levanta por la mañana y se da cuenta que es un día muy
especial.
Ilusionada, y en ausencia de su madre, va a un espejo
para arreglar su cabello por sí misma. Se enfrenta a un cabello negroide o
afro, característicamente rizado y rebelde, que debe recibir un cuidado especial
para ser peinado.
Después de seguir los pasos de un sitio de peinados,
ve un resultado alejado de lo esperado. En ese momento, llega el padre y se
encuentra con una difícil aventura que ambos deberán resolver en equipo.
Este padre, que nunca había peinado a su hija, se ve
enfrentado a una complicada decisión: optar por la solución fácil o
dedicarle esfuerzo al anhelado peinado de su hija.
En una primera instancia, Stephen, se ve superado por
la situación e intenta simplemente usar un gorro para cubrir el cabello de su
hija. La niña, debido al amor que siente por su cabello, se siente triste al
ver que su padre no respeta su singular cabello y solo quiere cubrirlo.
Frente al malestar de su hija, Stephen se ve en la
obligación de ayudarla para cumplir el objetivo deseado. Todo esto sobre la
base del trabajo en equipo de ambos.
El padre, al esforzarse, logra el objetivo. Tal
como dice la voz del tutorial de peinados en el cortometraje: “Solo tomará un
poco de trabajo y mucho amor”.
Muchos padres reconocerán o se sentirán identificados,
una idea que debe ser vista como una inspiración para la reformulación de las
tareas con las/os hijas/os. No solo la madre es responsable de las
tareas de cuidado, los padres también pueden ser un aporte muy beneficioso.